lunes, 31 de enero de 2011
miércoles, 26 de enero de 2011
Para entendernos mejor
La comunicación del diseñador con el cliente es comúnmente una situación donde se presentan varios problemas, pues aunque tuviéramos la habilidad de leer los pensamientos ajenos, entrar en la mente de un diseñador sería de lo más complicado. Una mente llena de formas abstractas, donde los objetos dan vueltas continuamente en todos sentidos, cambian de colores, de texturas, de tamaños. Y cuando llega el momento de transmitir esa imagen que tienes en la mente lo que sale de tu boca es; "imagínate algo como así..." mientras mueves las manos en varias direcciones, y es hasta que ves la cara de preocupación de tu interlocutor cuando tomas una servilleta y dices; "a ver... préstame una pluma".
Esto, me atrevería a decir, le ha pasado al menos una vez a todo diseñador. Es por eso que la representación de los objetos es tan importante de dominar por los diseñadores, para plasmar lo que se tiene en la mente de tal manera como tú lo ves y quieres que lo vean los demás. Y hoy en día no hay diseñador que se vaya a presentar con una cliente esperando "contarle" lo que quiere hacer, no, el diseñador debe mostrar lo que trae en mente, las palabras serán un extra, que como siempre, son las que logran persuadir mayormente, pero primero que nada está la proyección de la idea a través de la imagen o del modelo, porque definitivamente un cliente nunca podrá decidir si le gusta algo que primero se tiene que imaginar.
Estas técnicas de representación han ido evolucionando a través del tiempo; antes era necesario que a través del lápiz y el papel fueras capaz de plasmar todas tus ideas y de manera pulcra y elegante para poder convencer el más escéptico. Ahora, aunque es de gran ayuda, no es indispensable ser un maestro del dibujo para poder diseñar, pues hay otros medios de representación que superan al dibujo cuando se trata de realismo en la transmisión de una idea. Sin embargo el dibujo sigue siendo una etapa importantísima en el proceso de diseño, estando la mano conectada al cerebro somos capaces de desahogar sobre un papel todas esas imágenes que giran detrás de nuestros ojos, para lograr darles forma cual diamante en bruto. Es aquí donde comienza el proceso que pasa por varias etapas, tales como la modelación 3D y lo planos, para terminar con modelos y prototipos funcionales.
Si bien no se puede ser un experto en todas las tecnologías que hoy en día se usan para generar renders, planos y prototipos, como diseñador si es básico tener noción de cada uno de estos procesos que ayudan a sacar a flote los proyectos. Ahora no basta con tener la mejor idea, también debes de tener el mejor render y el mejor prototipo para poder defender esa idea que se veía tan bella en la mente.
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