lunes, 7 de marzo de 2011

Fernando y el Vicio del diseñador


Fernando del Vecchio nos habla sobre el rol del diseñador en el mundo de los negocios, en el cual definitivamente debe de aprender a desenvolverse pues de lo contrario nunca podrá establecer una buena relación con sus clientes y por lo tanto su trabajo carecerá de importancia, o simplemente se quedará sin trabajo.

La relación con el cliente es lo más difícil de llevar a veces y sobre todo cuando se hablan idiomas distintos, lo que es muy común entre diseñadores, pues son pocos los diseñadores que trabajan para otros diseñadores y la forma en que nosotros vemos el mundo es muy diferente a la forma en que lo ven los ingenieros, mercadólogos o administradores lo cuales son las personas con las que más comúnmente tendremos que colaborar. Sin embargo es más sencillo que un diseñador lleve sus ideas a un plano fácil de comprender para todos a que el cliente o colaborador aprenda el lenguaje del diseñador.

Esto aplica no sólo para diseñadores industriales, si no también para gráficos y hasta para arquitectos, pues el estudiar una carrera que involucra la apreciación de la estética en el trabajo hace que nuestra forma de percibir el entorno y nuestras necesidades para considerar bueno un proyecto sean totalmente diferentes a lo que cualquier otro profesionista pueda considerar.

Y no se trata solamente de hacer negocios sino de lograr comunicarnos efectivamente con todas las demás personas para de esta manera poder compartir ideas, metas, proyectos e ideales. Absolutamente todos pueden aportar algo a nuestros proyectos, sobretodo aquellos de los que menos pedirías un consejo, creyendo erróneamente que no sabrían sobre el tema, pues el estar totalmente ajeno a las ideas preestablecidas logra que te brinden una opinión fresca y nueva que le da más valor a tus ideas en otros ámbitos y por lo tanto la hace más fuerte a las adversidades antes de salir al mundo real, donde será juzgada por todos, diseñadores y no diseñadores, la gente de la vida real.

Pensar como la gente de la vida real nos ayudará a aterrizar nuestras ideas, qué quiere decir esto, dejar a un lado nuestra visión del mundo perfecto diseñado por nosotros y darnos cuenta que este mundo a sido diseñado por todos y que las necesidades y expectativas de todas estas personas no son una misma pero si son muy parecidas entre sí y muy diferentes a la nuestra. Triste realidad, el diseñador no diseña para si mismo, si es que quiere vender, diseña para el mundo, un mundo de necesidades y demandas muy lejanas a las que creemos deben de ser.

Por eso Fernando nos recomienda tener siempre un equipo interdisciplinario que nos ayude a entender mejor el entorno y lograr crear ideas más fuertes en todos los aspectos. Ceder y defender, pero nunca darse por vencidos, dejar el ego a un lado y aceptar la ayuda de los demás, comprender el mundo real, salir de tu taller, trabajar en la calle el entorno de la población, abrir nuestra visión al mundo, comprenderlo y trabajar para el, harán de nuestra labor algo mucho más fácil y fructífero.